¿Cómo lo hacemos?
En el círculo trabajamos en un marco
de encuentro grupal, en un espacio y ambiente amoroso, de confianza y ayuda
mutua que facilita el descubrimiento y reconocimiento del todo que nos compone
(nada de lo humano me es ajeno – Descartes), la auto-aceptación y el
descubrimiento de nuevos recursos, dirigidos a lograr avanzar efectivamente en
el proceso de una mayor toma de conciencia y una mejor calidad de vida,
acercándonos cada vez más a un estado de vida meditativo.
Estos círculos están dirigidos a
toda persona interesada en abrirse a un profundo y radical proceso de
transformación personal, cambiando sus patrones mentales y adquiriendo
capacidades para gestionar adecuadamente sus estados emocionales, refirmando el
protagonismo en su vida.
Nuestros círculos se dividen en dos
partes.
La primera es
de diálogos y reflexiones.
La segunda es
de meditación.
¿Cómo son las reflexiones y los diálogos
de nuestros círculos?
Al comienzo,
compartimos el estado anímico y emocional con el que llegamos al encuentro, así
como también qué hechos, en el transcurso de la semana transcurrida, nos han
generado estados emocionales y situaciones movilizadoras que nos han brindado
la posibilidad de evaluar como las hemos gestionado y que parte nuestra ha
intervenido en el hecho: ¿la mente? ¿o el corazón?
En esta etapa,
pondremos especial atención en aprovechar positivamente lo compartido por
nuestros compañeros para evaluar nuestras propias reacciones ante hechos
similares que nos hayan ocurrido o que podrían llegar a ocurrir. Para ello,
pondremos especialísima atención en no caer en la propuesta de nuestra mente de
generar juicios de valor, opiniones o consejos hacia el otro. Evitando así
poner nuestra valiosa energía en el afuera y dirigirla hacia nuestro propio
trabajo interno y consecuente beneficio.
¿Cómo son las meditaciones de nuestros
círculos?
El objetivo de
la meditación de nuestros círculos no es “parar” los pensamientos, sino “observarlos”
desde un simple proceso de “tomar conciencia de la respiración”, en la posición
relajada y sencilla que nos sintamos más cómodos.
Encontrando así
paz, serenidad, equilibrio y armonía interna.
Para participar es
conveniente colocarse ropa cómoda.
Nuestras meditaciones tienen tres etapas:
La primera: liberar las tensiones de la mente y el cuerpo para sentirnos en paz.
Tomando conciencia de la respiración se desarrolla un sentido de tranquilidad interna, de paz y liberación.
Se hace a
través de la toma de conciencia del aliento que se llama ‘prana’.
El aliento es
respiración, que viene de la palabra ‘spiritus’ y que significa espíritu
interno.
Este es el
primer paso de la meditación Mindfulness: sentir el flujo interno de la energía
que nos invade comenzando por la frescura del aire que roza nuestras fosas
nasales e inundando con energías positivas nuestro cuerpo con ella. Al tomar
conciencia del proceso respiratorio, se genera una absorción de paz y serenidad
en el cuerpo y el subconsciente.
Segunda etapa: tomar conciencia de nuestra identidad espiritual.
El “Ser”, el sentido de la individualidad de nuestra conciencia, se ve afectado y sufre por su falsa identificación con la mente y el cuerpo.
Reflejada por
ejemplo en el aspecto del yo que se confunde con la personalidad, éste es, en
esencia, el ego. La mente.
Cuando la
persona da mucha importancia a lo que posee y/o conoce, cuando tiene una fuerte
identidad con sus posesiones materiales, jerarquía, medio ambiente,
apellido o con su título universitario, se cae en las redes del ego.
Es decir, confundimos
la personalidad, las creencias, con el yo verdadero o “Ser”.
Tercera etapa: Serenar la mente a través de
la meditación con el empleo de mantras, poniendo énfasis en observar los
pensamientos que surjan durante la misma, sin luchar contra ellos o reprimirlos.
Ello
constituye realmente el hecho meditativo, ya que logramos “observar” a la
mente, siendo simplemente “testigos” de ella. Momento en el cual, pierde su
dominio sobre nosotros. Allí es donde comenzamos a ser “observadores”,
“conscientes”.
Así
son nuestras meditaciones.
Si vas a efectuar esta práctica en solitario te sugerimos que:
1. Planifiques
el momento y tiempo de tu meditación.
2. Destines
un lugar adecuado para tu ejercicio.
3. Coloques
tu cuerpo en una posición simple y cómoda.
4. Recuerda
el propósito por el que meditas.
5. Relájate
antes de empezar, identificando las partes de tu cuerpo que parezcan tensas.
6. Sigas
las guías generales para meditar de la presente Red.
7. Utilices
Mantras que te acompañen
8. Al
finalizar, reflexiona sobre tu experiencia.
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